viernes, 8 de enero de 2010

El tránsito -Más de sufriendo Buenos Aires

El Tránsito en Buenos Aires


Cada día cuando salgo de la cochera
sé que el infierno del tránsito me espera
arranco temprano voy sin prisa
pongo música que también me tranquiliza

Pero es en vano al poco tiempo
me caliento y de tanto putear me quedo sin aliento
es al pedo no hay remedio y muy poco resultado
al manejar siendo cortés, correcto y educado

Empezando por las cuadras con colegios por doquier
las mamás en doble y tripe fila
las combis, los micros y los coches de alquiler
tanto quilombo al más dormido despavila

Esquivando muy atento tanto obstáculo
los bocinazos, las frenadas y los apurados
es para todo turista un espectáculo
uno, manejando, de a poco queda inmunizado

Vas templando el carácter y el dominio del volante para luego toparte
con los putos motoqueros y las inefables bicicletas
no pisar peatones que mal cruzan es un arte
me pregunto cómo no terminan rengos y en muletas!

Mientras tanto no me olvido
del tormento de los taxis y de los brutos colectivos
son los dueños de las calles y avenidas
se verán en otros lados cosas parecidas

A esta altura del trayecto
tengo las bolas por el suelo
siento que me aplastan como a un insecto
y quisiera con el auto tomar vuelo

Además debo cuidarme
de las fotos y radares a la noche o con el sol
guardias urbanos, policías y gendarmes
y por si fuera poco el control si bebí alcohol

En las esquinas te manguean
o de prepo te limpian el parabrisas
unos pibes que te putean
o se te cagan de risa

Niños descalzos, malabaristas improvisados
Saltimbanquis, caraduras disfrazados
tullidos en muletas o en sillas de ruedas
te dan lástima para que ofrezcas lo que puedas

El bombero voluntario
esgrimiendo sus rifas en el sospechoso talonario
si te agarra la luz roja y parás
tendrás que bancarte su prédica muy locuaz

Estacionan en cualquier lado
los camiones de reparto
para llegar sano y salvo hace falta estar atento
y no morir en el intento

Los cartoneros con sus carros bamboleantes
debes esquivarlos cuanto antes
de como logran pasar entre los autos me asombro
contribuyen con lo suyo a aumentar el gran quilombo

Pensé que ya llegaba cuando
me topé con piqueteros
acampando con sus carpas y carteles colosales
reclamado más planes sociales

Esto generó otro desvío, el viaje se hace eterno
me sale espuma por la boca
mientras carajeo y blasfemo como un enfermo
justo a mí me toca!

Cuando finalmente llego a destino
me bajo del auto y para besar el piso me inclino
como hace el Santo Padre al visitar algún país
luego lo primero es hacer pis.

Así todos los días
manejar en Buenos Aires es una osadía
es preferible caminar y no al volante estar sentado
y terminar manejando infartado

No hay comentarios:

Publicar un comentario