jueves, 11 de febrero de 2010

Reflexiones desde el muelle

Qué hermoso es, no sólo pescar
toda una experiencia sentarme en el muelle
me quedo con sol y también cuando llueve
hago catarsis y disfruto de meditar

El sol de la tarde me aletarga y despierto dormito
a la noche me embarga el espacio infinito
y siempre la gente cordial a su paso me saluda
es el mejor lugar para estar, no tengo dudas

El suave y monótono murmullo
del agua rozando los toscos pilares
es como un narcótico arrullo
que lleva a mi espíritu a otros lugares

Alzo la vista al distante horizonte
brillante de sol, me da la ilusión
del río poder abarcar su extensión
y en cada barco que veo ser un polizonte

Inhalo profundo el aire tan fresco
me siento tan pleno, tan vivo por dentro y por fuera
un privilegio que yo sólo merezco
cuánto placer consigo sentado en la escollera

Capítulo aparte son las nubes con sus contornos variados
de hermosas formas y colores extraordinarios
veo rostros de personas, animales dibujados
el escenógrafo viento cambia como quiere el escenario

El río es la parte destacada del paisaje
unas veces calmo como un lago
otras ríspido, indomable y salvaje
cambia como si lo manejara un mago

Cada hora ofrece un aspecto diferente
por momentos somos pocos, otras mucha gente
sea de mañana, por la tarde o por la noche
sentarse en el muelle es una experiencia excelente

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