Los porteros porteños
Mojan, mojan, los porteros
mojan, mojan sin cesar
mojan siempre las veredas y canteros
mas del detergente y la escoba, ni hablar
ya temprano todos ellos empapan al mismo tiempo
rumbo al trabajo los laburantes caminamos con cuidado
nos salpicamos medias y pantalones pese a todo
al pisar el baldosón equivocado
el ritual de la diaria regada
me parece una pueril pavada
pero los veo tan entusiasmados
persistiendo en ello horas ocupados
lo encaran serios y eficientes con la manguera en ristra
son en regar con una mano y sin mirar especialistas
esquivando con sus chorros negligentes
a quienes pasan por sus fueros displicentes
ya no son porteros, ahora se llaman encargados
de todos los chismes, peleas y amoríos
de cada edificio están bien enterados
encontrar uno que sea diligente es todo un desafío
tienen casa, no pagan cable, diario y expensas el privilegio de no viajar a su laburo
se toman sus descansos y siestas, hacen todo sin apuro
si los retan u observan entran en desacato
y por cualquier cosa los defiende el sindicato
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